Letra y música: Arsenio Aguirre [Ver la letra]
Arsenio Aguirre, un eterno inquieto, y un enamorado de América, vivió no poco tiempo en Bolivia, entre los indios chapacos. También en el Perú, en Ecuador, en el Uruguay, en Brasil... Desde que tenía pantalón corto los cantores lo buscaban como buen acompañante de guitarra. Es así como empezó con sus giras, acompañando a cantores diversos.
Un día, sin sentirlo, se vio en Bolivia. Era en 1944. Ya tenía 18 años. Lo entusiasmó la música de allí, tristona como él, de temperamento, porque no es pesimista aunque sí algo melancólico. En uno de esos viajes por los rumbos de América nació "El quiaqueño". Siempre partía del norte argentino, precisamente de La Quiaca. Puerto del Marqués, Yavi, Abra Pampa, Santa Catalina, son lugares de gente maravillosa, donde hizo grandes amigos.
En uno de esos viajes, al salir de La Quiaca, le hicieron una cariñosa despedida; no supo cómo pagarles. Allí mismo, en ese instante, improvisó la letra y la música de "El quiaqueño", al que había titulado "Adiós a La Quiaca". Allí quedó el bailecito, mientras emprendía rumbo a Bolivia. Cuando regresó del Perú se encontró con la sorpresa de que "El quiaqueño" era popular en Bolivia y, por supuesto, en toda la zona de La Quiaca. Y comprobó que lo habían bautizado así.
"Los Fronterizos", en sus andanzas en busca de nuevo repertorio, llegaron a La Quiaca y se encontraron con que ese bailecito era popular. Francisco Onorato, editor de Arsenio Aguirre, lo convenció de que había que aceptar el rebautizo de "Adiós a La Quiaca" y de que había que dejar al bailecito con el nuevo nombre con que se popularizó: "El quiaqueño".