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Asi nacio La Pomena

Letra: Manuel J. Castilla
Música: Gustavo Leguizamón
[Letra de la zamba La Pomeña]

Eulogia Tapia

Esta zamba fue compuesta en 1969, como premio a quien venció a Manuel J. Castilla en un contrapunto.

El episodio sucedió unos años antes, cuando el poeta había ido  a  la localidad de La Poma en época de carnavales para visitar a un primo. Como dice la primera estrofa, la protagonista es Eulogia Tapia, pastora de la localidad de La Poma; o sea que ella es La Pomeña.

Es necesario aclarar, para quienes no conocen las costumbres del noroeste argentino, que el carnaval se festeja con harina y agua. También se estila hacer el contrapunto entre copleros, una especie de payada, o díálogo musical, algo así como un duelo de copleros, donde pierde quien no puede responder con una copla a lo que propone el adversario.

Según Amanda Aramayo, empleada del boliche "La flor del pago", el "Cuchi" Leguizamón no estaba aquella tarde allí, sino solamente Manuel J. Castilla. Luego veremos la versión de la propia Eulogia, relatada en enero de 2006 cuando se presentó en el Festival de Cosquín, que dice precisamente lo contrario.

Doña Amanda relata que Castilla ya estaba en el boliche cuando "en ese momento entró la Eulogia con la caja bajo el brazo y la cara llena de harina. Era joven, tendría 18 o 19 años en esa época y así nomás comenzó el contrapunto, que siguió hasta que Castilla no tuvo más que decir". Había ganado Eulogia. Bajo la mirada impávida del poeta derrotado la joven pomeña salió por la puerta, desató su caballo blanco y rumbeó para el lado de "las casas".

Al día siguiente Castilla pidió el tractor verde de la municipalidad -que aún camina la Puna- y fue hasta el rancho de Eulogia, ubicado en Ampostuya. Amanda recuerda que tampoco en esa oportunidad le fue muy bien por el recibimiento que tuvo en el rancho de los Tapia. "No se va a creer, si don Joaquín, el padre, era bravo como el cardón". Al regreso de la frustrada visita pasó por el boliche, "todo tiznado por el humo del tractor", según cuenta Amanda. A la mañana siguiente Castilla se fue.

Y esta es la versión de la protagonista:

"Yo he bajado de mi casa al pueblo para cantar. Ahí armaban carpas durante carnaval y se juntaban todos. Yo llegué con mi caballo blanco, como dice la canción. El Cuchi y Castilla estaban también ahí cantando con sus guitarras. Eramos muchos hasta que empezaron los contrapuntos (duelo de coplas entre uno y otro). La gente se fue yendo y yo me quedé sola con ellos dos en un duelo, hasta que les gané con una última copla que decía:"

Esta noche va a llover

agua que manda la luna

mañana han de amanecer

como pato en la laguna

"Ellos me preguntaron qué quería por haber ganado y yo les dije que me hicieran un tema".

Después el Cuchi y Castilla fueron a verla a su casa de adobe en La Poma. "Tuvieron que subir en tractor porque no había camino. Yo estaba con mi padre sembrando, entre la alfalfa, como dice el tema. También estaba el sauce, que está como llorando. Todo eso vieron. Y cuando hablan de «porque te roban Eulogia carnavaleando» era porque me habían robado una chiva. La canción recién la escuché como un año después en la radio. No me lo he creído al principio que hablaba de mí. Después me llenó de emoción."

¿Estaba el Cuchi Leguizamón esa tarde en "La flor del pago"? Probablemente tanto Amanda como Eulogia estén diciendo la verdad; aparentemente se había juntado mucha gente, y en el trajín de atender a los parroquianos la primera pudo no haberlo visto. También es posible que el Cuchi no estuviera todo el tiempo y ellas se estén refiriendo a momentos distintos. Otra cosa dudosa es que Castilla haya quedado resentido por su derrota, pues el hecho de ofrecerle un premio a quien lo venció hace pensar lo contrario. Incluso su visita a la casa de Eulogia, si uno se guía por la letra de la zamba, fue para conocerla mejor y poder escribir el tema que ella le había pedido.

Eulogia entonces tenía 18 años, ahora 60, pero su vida es la misma. Vive en la actualidad en un puesto de campo, apenas alejada del pueblo de La Poma, en el norte salteño. A pesar de la popularidad de su nombre las cosas no han cambiado mucho para ella. Cada mañana de verano se la puede encontrar con las botas de goma y ordeñando, o mateando con su marido bajo el alero de su casa de adobe.